El primer día lo invertimos entero viajando. El trayecto desde Zaragoza hasta Chamonix nos llevó unas 12-13 horas y alrededor de 1200 km.
Al día siguiente nos dirigimos hacia el valle de Aosta a través del túnel del Mont Blanc con la intención de subir el primer cuatromil, el Gran Paradiso.
La subida fue larga e hizo un viento muy frío que nos empezaría a hacer comprender qué son los Alpes realmente. La cima estuvo bastante concurrida aunque gracias al madrugón el mayor tapón se formó cuando ya estábamos bajando.
Al día siguiente nos dirigimos hacia Suiza por el Col de San Bernard. La carretera estaba en muy mal estado, llena de derrumbes y comida por la erosión del hielo y la nieve. Por allí debió pasar Napoleón con miles de soldados y
Continuamos el viaje ya por el lado suizo hasta Zermatt.
En Zermatt nos hizo realmente mal tiempo. Mucha lluvia y niebla que nos hacían pensar en si podríamos hacer algo por allí o solamente turismo.
La primera mañana la pasamos viendo tiendas y el museo alpino ya que aunque no llovía todo estaba muy húmedo como para plantearnos nada. Por la tarde sin embargo despejó mucho, salió el sol y decidimos hacer una de las vías ferratas que están justo encima de las paredes que lindan con la estación de trenes. Nunca habíamos hecho una ferrata y la verdad que tenía mucho ambiente, se cogía mucha altura y algunos de los pasajes impresionaban mucho.
Al día siguiente subimos al Breithorn Este y
A la bajada recogimos las cosas y nos fuimos hasta el coche de nuevo (a Zermatt sólo se puede llegar en tren) con la idea de hacer el Alalinhorn o el Bishorn pero con algo de cansancio y con el mal tiempo
Empezamos a coger carretera camino de Chamonix, el tiempo no era especialmente bueno y nos temíamos que no pudiéramos hacer la actividad prevista. Al llegar allí de nuevo la lluvia estaba presente y no pudimos más que visitar el pueblo y las miles de tiendas de montaña que hay por allí. Compranos una guía de escalada de las Aguilles Rouges por si al día siguiente podríamos al
Al bajar vimos un poco la competición de escalada de la copa del mundo que se estaba celebrando allí. Durante toda la noche y todo el día siguiente estuvo lloviendo y tronando como nunca antes habíamos visto y decidimos emprender regreso a España ya que la previsión para los siguientes días eran similar.
De vuelta pensamos que podría ser buen cierre parar un momento en Riglos y hacer una última escalada. En el mallo colorado hicimos una de las vías que allí hay, según la guía creo que era una paralela a la Villarig. Al llegar a Zaragoza nos pasamos por la Expo claro…
Y así terminó este viaje a Alpes en el que vimos de todo y de nada, hicimos de todo y de nada y conocimos de todo y de nada. Pero como dice en El Quijote: “quién lee mucho y viaja mucho, ve mucho y sabe mucho”, bueno pues efectivamente… algo hemos aprendido. (Misión cumplida por tanto).